Improvisar es confiar

Son tiempos difíciles para la confianza. Nos cuesta confiar en los demás y nos cuesta confiar en nosotros mismos. Es como si el mundo nos diera lecciones diarias en un sentido claro: hay que desconfiar. De todos, en todo momento, en todo lugar. 

Sin embargo, así como el mundo práctico, diario, cotidiano, nos invita a desconfiar, también ocurre que para la mayoría de personas es clara la necesidad y la pertinencia de la confianza. Lo sabemos, tal vez, por su ausencia: sabemos lo triste que es vivir en un vecindario habitado por personas en quienes no confiamos, lo desesperanzador de vivir en ciudades donde las personas no confían entre sí, o lo lamentable que es participar en un equipo de trabajo en el que nadie confía en nosotros. 

Ante un panorama así, Morenito INC tiene una gran noticia para ti: Improvisar es confiar. Así como lo oyes: improvisar ayuda a mejorar la confianza, en los demás y en ti mismo. ¿Por qué?

Piensa en una banda que está tocando un recital en vivo. Están terminando una canción, y resulta que el público reaccionó de una manera increíble. La cantante, sentada en el escenario, alcanza a ver algunos rostros de sus fanáticos: definitivamente quieren seguir coreando la canción. Entonces siente que les debe dar más, que la banda entera debería prolongar la canción, repetir ese coro cuantas veces sea necesario para elevar el ritual del concierto hasta el éxtasis, pues eso justamente es lo que en ese momento está clamando el público.

Este ejemplo del concierto nos sirve para hablar de la confianza y la improvisación. De hecho, la música tiene mucho que enseñarnos sobre cómo improvisar para mejorar las cosas. La canción que la banda va a extender tiene una armonía ya definida, por lo tanto alargarse en el coro será cuestión de dar vueltas sobre los mismos acordes y los mismos versos que ya toda la banda (y el público) se saben. 

De hecho, más que cantarla, lo que la cantante hará es entregarle el micrófono al público, porque eso es justo lo que la ocasión está pidiendo. Sin embargo, ¿cómo coordinarse entre los músicos de la banda para definir que se va a repetir el coro? ¿Qué pasa si la banda usa pistas que definen el comienzo y los finales de las canciones, y de las cuales dependen las cámaras, las luces y los efectos especiales que se lanzan en el escenario? 

Ahí entran la improvisación y la confianza. La cantante y el director de la banda se mirarán, y en esa mirada el mensaje será claro: repetimos el coro. O ella, que tiene en sus manos el micrófono, dirá a su público, dirigiendo la mirada a sus músicos compañeros de escena: “Vamos a repetir ese coro, vamos a elevarlo hasta el cielo, ¡a que sí!”. 

Abrirse a la improvisación es un poco entregarse a la situación. Sí: hay un guion y un arreglo que dice que el coro final se repite dos veces. Pero la gente quiere repetirlo cuatro o hasta más. Improvisar es escuchar, en este caso, acoger el clamor de los fans: repetirlo cuantas veces se requiera para que la noche sea inolvidable. 

Pero ese ejercicio de atreverse a salir un poco del libreto pasa por la confianza. En la escena están los mejores músicos. Han ensayado horas y horas. Y esos ensayos han servido para escucharse, reconocer sus talentos, saber en qué es bueno cada uno, admirar su brillo. La suma de esas capacidades individuales es la esencia del show; por eso la cantante se sintió tranquila cuando los miró y les dijo: “Muchachos, sigamos con este coro, que nuestra gente lo pide”. 

Así que la improvisación, ese entregarse a la situación haciendo uso de las capacidades que tenemos y desplegamos con naturalidad, fortalece la confianza. Primero, en ti mismo, en esa voz que te pide decir algo en determinado momento, soltar un chistecito para reforzar un comentario, sugerir una idea, repetir el coro de la canción. Y en los demás: aprovechar lo mejor de tu equipo de trabajo (tu banda), porque sabes qué les gusta, en qué son buenos, y sabes que verles brillar no te quita tu brillo, sino que lo aumenta, y así esa suma de brillos, talentos y capacidades, engrandece el proyecto (tu música, tu gestión del proyecto, tu tesis de grado…). 

Nuestro blog y nuestra plataforma formativa Gymprovirtual, están llenos de contenido para ayudarte en el camino: improvisar es confiar.