De qué hablamos cuando hablamos de gestionar la incertidumbre

Vivimos en un mundo en el que la incertidumbre hace parte de la receta. Eso no se puede evitar. Pero sí se puede gestionar. ¿Cómo? Léelo aquí.

En estos casos se suele citar la frase aquella que dice que si no se puede con el enemigo lo que procede es unirse a él. Pero, desde la perspectiva de la Improvisación para la Vida, justo lo que necesitamos es un cambio de óptica: una en la que la incertidumbre no es enemigo. Bueno, en general, ni la incertidumbre, ni la imaginación ni la procrastinación. Más bien lo que sugerimos es entender esos fenómenos para asimilarlos de una manera más tranquila y así no intentar combatirlos sino generar estrategias para compatibilizar nuestros ritmos diarios, la planeación, el impacto positivo a los objetivos y que esto se haga desde lo macro hasta que llegue a lo concreto, como por ejemplo llevarlo articuladamente a tu lista diaria de tareas. Por eso acá queremos precisar de qué hablamos cuando hablamos de gestionar la incertidumbre. 

¿Qué es la incertidumbre?

Los diccionarios dicen que la incertidumbre se deriva de la falta de seguridad, certeza o confianza sobre algo. Así que decir que el mundo en el que vivimos es uno que ya tiene la incertidumbre como parte de su receta, no es otra cosa que afirmar que nuestra condición de vida actual está atravesada por la falta de seguridad personal y social, falta de certeza sobre el mundo como funcionan las cosas, falta de confianza en las personas (y gobernantes) con los que vivimos y, más en general, falta de claridad sobre lo que nos cabe esperar en el mundo.

No parece muy alentador. Y, en el fondo, no lo es. 

Máxime si pensamos en que el lente desde el que nos gusta ver el mundo es el de la Improvisación para la Vida, donde la confianza, la escucha y el trabajo en equipo son cruciales en la propuesta. 

Pero no se trata de decir que en un mundo así la improvisación no es posible. Antes sugiere lo contrario: es justo en un mundo convulsionado, donde los horizontes de acción cambian a cada tanto, donde esta perspectiva es necesaria y pertinente. 

Para decirlo de manera directa, la incertidumbre surge cuando el panorama no luce tan claro como antes debido al alto número de opciones. Si lo piensas, hoy cada aspecto de tu vida encuentra más alternativas y posibilidades que antes. Esto tiene la parte positiva de poder elegir entre más opciones, pero tiene la parte no tan divertida de que a veces muchas de las opciones no son tan positivas. 

La incertidumbre se produce como resultado del aumento de interacciones en el mundo. Gracias a la conectividad del mundo, cada vez más personas, empresas y mercados de todo el mundo interactúan con otro-s. La información llega, rápida, de todos lados, y no siempre tenemos el talento suficiente para practicar la pausa, el silencio, la reflexión, la escucha. De forma que cada vez tenemos más información en mente y nos cuesta adaptarnos más a las maneras de interacción. El agravante es que, a su vez, cada vez hay más formas de interacción, que cambian más rápido y que aumentan en número y consecuencias sobre nuestras vidas. 

Si a finales de los años noventa ya ibas a conferencias motivacionales o charlas sobre globalización, recordarás que cuando se hablaba del cambio se hablaba como si se tratara de una opción. 

En todas partes repetían frases de este estilo: “Si no cambias, el cambio te cambia”. Es decir: el cambio era una alternativa, ante la cual las personas y las organizaciones podrían decir que sí o que no. El cambio era una alternativa posible, dentro de otras alternativas posibles como, por ejemplo, no cambiar, y conservar el lugar conocido, las formas conocidas, los procedimientos ya mecanizados. 

Una mirada a cualquier periódico de hoy nos deja un sabor muy diferente: el cambio no es opción. Es ya una dinámica acelerada adoptada por el mundo. Es como que el mundo normal se volvió ya un improverso. Entonces si antes el cambio era lo cool, lo divertido, lo vanguardista, ahora el ir lento, la desaceleración económica, el ir con pausa es lo cool, lo alternativo, lo sugerente, lo disruptivo. 

Ese panorama (no quisimos ser dramáticos, pero tampoco romantizar lo que en todo caso tiene bastantes consecuencias negativas sobre las personas que habitamos el mundo de hoy) deja una claridad meridiana: debemos adoptar y adaptar, en términos personales y empresariales, una mirada creativa, adaptable, moldeable, e incluso ligera, sobre el mundo. Una mirada que nos permita ir ligeros para podernos adaptar; una manera de estar en la que, a la vez que protegemos lo que hemos conseguido materializar, podemos soltarlo o modificarlo ante las nuevas exigencias de la vida. 

Esa manera de estar es la que nosotros sugerimos como la perspectiva de la Improvisación para la Vida que, en resumen, se sintetiza en nuestra propuesta de “prepararse para no estar preparados”. 

¿Es la solución mágica a todos los problemas? No, no lo es, por supuesto que no. Pero sí que es una alternativa para ir más acorde a los tiempos rápidos que corren, y una manera de no colapsar cuando las circunstancias siguen un hilo de acción con el que no contábamos. 

Por eso hablamos de gestión. 

¿Cómo gestionar la incertidumbre?

La gestión se entiende como la capacidad de organizar los recursos proactivamente para conseguir un resultado deseado. Este matiz es clave: administrar, organizar, disponer los recursos de manera proactiva, es decir, anticipada. En otras palabras: no esperar a que sea demasiado tarde. Aunque, si lo es, en todo caso la Improvisación para la Vida siempre tiene opciones. 

Por eso acá te vamos a dejar unos cuantos recursos que te pueden orientar en lo que a gestión de la incertidumbre se refiere. Es un conjunto de opciones, conceptos y herramientas bastante útiles para lograr el desarrollo de lo que consideramos que son los componentes de una adecuada gestión de la incertidumbre:

—Conocimiento del contexto

Todas las situaciones (incluso las que no deseamos) ocurren por un encadenamiento de acciones. Por eso nos gusta ver la vida como una historia y la improvisación como la capacidad de hacer que esa historia avance (lo más cerca posible de nuestros objetivos, ya sean personales o empresariales). 

Una idea: Percibir (un principio de la Improvisación para la Vida que te conecta con el aquí y el ahora).

Un recurso: “Qué camino cojo”, nuestro curso sobre improvisación estratégica en el que te formamos en el conocimiento del entorno (requisito fundamental para formular la estrategia).

—Autoconocimiento

Sonará extraño, pero muchas veces lo que nos impide reaccionar a tiempo conservando nuestra propia ruta hacia los objetivos es que no nos conocemos lo suficiente. Y esto aplica para los equipos de trabajo, las personas que conforman esos equipos y las empresas para las que estos trabajan. 

Así que conocerse bien y conocer el contexto de trabajo, así como el ámbito en el que se participa, es clave para una buena gestión de la incertidumbre. 

Una idea: nuestro Decálogo [+1 ] de la Improvisación para la Vida.

Una idea adicional: la pausa y el silencio.

Un recurso: nuestro súper horóscopo, donde miramos los tipos de personas ante las situaciones repentinas de cambio. 

—Resolución 

La parálisis por análisis es famosa. Todos la hemos tenido. A veces sabemos tanto de una situación que no nos animamos a intervenirla, porque creemos que siempre seguirá siendo así como es ahora. Y la parálisis por shock, trauma o impresión también es normal. El reto es cómo pasar de ese estado de crisis a una pauta de acción. 

Una idea: Proponer, un principio de la Improvisación para la Vida que nos lleva a la acción. 

Otra idea, adicional: este mantra: “Hecho es mejor que perfecto”, así como para deshacerse de las ideas de perfección inmaculada que viven en nuestra mente, y admitamos otras opciones, otros matices, nuevas alternativas. En otras palabras: sácalo ya del disco duro del computador, donde lo tienes esperando para mejorarlo, y saca la versión que te permita ir al mundo y generar cosas. 

Un recurso: “Cómo tomar decisiones difíciles”, una guía rápida para sacarte de los (a veces falsos) dilemas que colman tu vida de excusas para no pasar a la acción.

Como ves, hay suficientes razones para pensar que incertidumbre siempre habrá y que será cada vez mayor. Pero una buena dosis de conocimiento y aceptación del “error” (así, con comillas) ayudará a ajustarnos mejor a las circunstancias, buscando siempre la forma de mantenernos firmes en los objetivos propios. Esta es la perspectiva de la Improvisación para la Vida, de la que puedes encontrar mucha más información de valor en nuestro blog. Pásate por las entradas que te llamen la atención y encontrarás soluciones alternativas e interesantes a lo que parecen problemas sin solución. 

Visita GymproVirtual, nuestra academia virtual, con maravillosos cursos formativos. Ve a  LinkedIn para conocer más de nuestros procesos, y búscanos en Instagram, donde podrás verlo en imágenes.