Tres cosas que No son improvisación

¿Te pasa que cuando escuchas “improvisación” viene a tu mente un caos de desorden y falta de planeación? ¿O de ideas sueltas que no vienen a cuento? Bueno, a muchas personas les ha pasado: sobre todo a quienes no han leído nuestro blog. Pero acá te vamos a tirar un salvavidas para que no seas más una de ellas.

En nuestra entrada anterior “Improvisación para la vida” dijimos que el resumen de nuestra propuesta se conforma por las palabras-fuerza “Improvisación Para La Vida”. Y, adelantándonos un poco a lo que pudiera ser tu reacción, que sería la reacción de las personas desprevenidas ante la palabra “improvisación”, recreábamos este diálogo imaginario entre tú y tu cerebro controlador.

¿Improvisar?
¿Me vas a soltar en la mitad del mundo sin planes, sin cronogramas, sin control?
¿Pretendes abandonarme, así, al vacío?

Bueno, ese post ya se dedicó a mostrarte cuán práctica es la Improvisación Para La Vida. Que, en realidad, nuestro blog y todo nuestro sitio web, así como todos los productos y procesos formativos que hacemos están dirigidos a eso: a adoptar la improvisación como una serie de principios que pueden entregarte mucho valor, pues te invitan constantemente a Percibir el entorno en el que te encuentras, a Aceptar las (nuevas) condiciones de este y lo que esperan de ti, y a Proponer nuevos direccionamientos a las acciones que estás realizando para que puedas lograr tus objetivos de una manera más armónica, orgánica y espontánea  (En esta entrada los explicamos con más detalle).

Sin embargo, para que ese potencial de la improvisación pueda activarse en pleno en tu vida, es necesario poner entre paréntesis el significado que convencionalmente se le da a la palabra. Por eso acá te damos una lista de tres cosas que NO son improvisación, o al menos que no lo son en nuestro universo.

    1. Improvisar NO es Inventar cosas fuera de contexto. Sí: la improvisación tiene que ver con exponer, entregar, proponer algo que no teníamos taaaan planeado, pero —de ninguna manera— se trata de algo que está fuera de contexto. De hecho, hay uno de los principios de la improvisación escénica (que emplean muchos profesionales alrededor del mundo para hacer puestas en escena basadas en la improvisación, acá algunos de nuestros ejemplos) que se denomina “plataforma”. La Improvisación Para La Vida te invita a pensar soluciones, propuestas e ideas que estén acorde al contexto, precisamente porque su propósito es ayudarte a cumplir tus objetivos. Y cuando tus objetivos están involucrados en un trabajo colectivo, la Improvisación también tiene muchos beneficios para entregarte. 
    2. Improvisar NO es evadir tu capacidad de planeación. Los planes hacen parte de nuestra vida. Diseñamos planes, precisamente, porque somos conscientes de todas las variables que se nos pueden presentar en el camino. Pero improvisar NO es evitar la planeación, renunciar a los cronogramas o quejarse de los calendarios. Lo que pasa es que, a veces, esos planes, por alguna misteriosa razón, salen mal, o no se pueden ejecutar tal como los habíamos concebido. Ahí es donde entra la improvisación: te da herramientas para abrir opciones, para generar ideas de solución. Cuando abrazas la improvisación en tu vida muchas veces el resultado que obtienes es mejor que cuando los planes salen tal y como habías pensado. Esa relación entre improvisación y planeación la exploramos en este curso, “Qué camino cojo”, nuestro curso en Improvisación Estratégica”.
  • Improvisar no es abandonarse a la primera idea que se te ocurra. Improvisar se parece más al refrán que dice “A lo hecho, pecho” que a ese otro que propone “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Aclaremos: de entrada, ambos plantean asuntos con los que podríamos estar de acuerdo; pero el primero pone una verdad sobre la mesa: hicimos algo (o alguien hizo algo), y como consecuencia de ese algo, tal vez, nuestros planes ya no pueden seguir el rumbo que habíamos previsto ¿Qué hacer entonces? Asumirlo. Pero no solo asumirlo: asumirlo (o sea, aceptarlo) es la primera parte. Luego sigue: proponer. Es decir, aceptar, sí, que hicimos algo, o que nuestra idea ya no puede salir así como la imaginamos previamente; pero, acto seguido, debemos proponer algo diferente, una solución, responder: hacer algo nuevo. Es lo que nosotros llamamos “Saltar al vacío”, y tiene de beneficioso que cuando saltas descubres un montón de habilidades que habías tenido guardadas porque, por lo general, en tu planeación siempre quisiste mantenerlas a salvo.

Cuando el cerebro controlador salta con preguntas e inseguridades, lo más sano es comprenderlo, aceptarlo: mantenernos a salvo es su papel, justamente. Pero, habiendo entendido ese impulso primario, y abocados a una situación donde debemos actuar, es conveniente abrazar los principios de la Improvisación Para La Vida: Percibir el entorno, Aceptar las nuevas condiciones, Proponer nuevos rumbos de acción. A ello dedicamos los cursos de formación que tenemos en nuestra propia plataforma, GymproVirtual y cada palabra de nuestro blog.

Como se trata de un proceso en el que vamos integrando conocimientos y habilidades que requieren cambios de mentalidad, de actitudes y, a veces, olvidar aprendizajes viejos que tenemos incorporados en lo más profundo de nuestros hábitos, la Impro Para La Vida, es un camino que se va abriendo secuencialmente, con logros significativos y de alto impacto en nuestras vidas. Una clave inicial para abrirse a ella es desbloquear esos viejos significados que suelen esconderse en la palabra Improvisación. Acá puedes leer algo más de ello.