Tres tips para tu entrevista de trabajo

Aunque los tests y herramientas más precisas se suelen considerar como fuente valiosa de información para la selección de personal, la entrevista sigue siendo fundamental. Un “must”. Un obligado. Y ocurre que la improvisación tiene algunos tips para aplicar al respecto, así que mira esta entrada si es que en estos próximos días tienes una entrevista laboral.

Antes que nada y primero que todo: nuestra área de experticia es la Improvisación Para la Vida. Y, desde ahí, es como nos hemos aproximado al mundo corporativo y, en específico, a los procesos formativos que se viven dentro de las organizaciones (puedes leer algo de ello acá). Por tanto, más que orientarte sobre qué es conveniente decir en una entrevista de selección y qué no lo es, lo que en este post te ofrecemos es una serie de herramientas concretas que aplicamos en la improvisación y que, para denominarlos de una forma correcta, hemos venido llamando prepararse para no estar preparados. Por eso, acá te ofrecemos tips desde la improvisación para tu entrevista de trabajo.

Lo que encuentras acá lo puedes complementar con los otros muchos tutoriales, tips y consejos que encuentres valiosos sobre cómo comportarse en una entrevista de trabajo, si bien te invitamos a tener mucho cuidado, a Percibir con detalle el tipo y la calidad de esa información, pues en tiempos de incertidumbre abundan muchos datos por ahí pero solo tú podrá saber cuán confiable puede ser eso que hallas. Supertip: créele a tu corazón.

Si esto de “entrevista de selección” e “improvisación” te suenan raros en una misma línea, por acá hay algo que te puede aliviar esa tensión. Spoiler: cuando captamos el ritmo de la improvisación, entendemos que cuanto tenemos objetivos claros un toque de improvisación sirve para ir más fluidos conforme a las metas y los cambios de planes que a menudo son necesarios.

Muy en resumen, el proceso de la entrevista te va a implicar tres momentos: preparar la entrevista, realizar la entrevista y evaluar la entrevista. Veamos cómo la improvisación te puede ayudar en cada uno, para que ese momento clave lo vivas como una experiencia enriquecedora y estés allí en conexión con una actitud que te permita acercarte a lo que sueñas.

Preparar la entrevista

En la improvisación estratégica adoramos un concepto clave: comunicación para la acción. Que, en resumen, busca concretar los mensajes que damos y recibimos en pautas concretas para la acción. Así que un punto para comenzar es saber muy bien cuándo, dónde y con quiénes es la entrevista. Y para cuál cargo. Se pensaría que es una recomendación sobrante, pero, créenos, no lo es: a menudo, asuntos de vital importancia fallan por detalles pequeños, así que confirma y reconfirma estos datos (y, si te simpatizan los horóscopos, acá hicimos uno donde jugamos a pensar cómo cada signo reacciona ante los cambios de planes). 

En todo caso, saber estos datos (quién, cómo, cúando dónde y —ojalá— por qué) debe ayudarte a poner en contexto. Y a esta información le puedes aplicar el principio que denominamos Aceptar

Sí: acepta. Que tienes una entrevista (porque eso es muy positivo), que será tal día, en tal lugar, con tales personas, para tal compañía. Acéptalo. Ya estás ahí. Eso significa que, cuando menos, tu perfil les mereció sacar tiempo en sus agendas para escucharte. No te dejes sabotear por esa voz que trata de llenarte de inseguridades. Acepta.

Aceptarlo es importante, y asumirse ahí también lo es. Ya estás ahí. No has ganado nada, es cierto, pero tampoco has perdido nada. Acepta que mereciste la cita para la entrevista y que ahora todo se trata de llegar al día/hora/lugar/asistentes adecuados para que estas personas te escuchen. 

De otro lado, tener claros día/hora/lugar/asistentes te permite poner la atención en cada cosa que vas a hacer hasta la entrevista, en vez de estar en ansiedad por la entrevista misma. Es decir: sí, puede haber algo de tensión por cómo irá a ser la entrevista, y si te va bien y etcétera… pero, de momento, pon la atención en tu situación presente, que ya la entrevista tiene hora y fecha programados y solo hasta entonces será el momento de realizarla. Así que, amable recordatorio: vuelve al presente. 

Te preguntarás: ¿y no van a hablar de cómo preparar las preguntas, qué información buscar sobre la empresa, el cargo, y todo eso? La improvisación te responderá: sí, claro. Recoge toda la información que puedas, pero manéjala de tal forma que no te abrume. Recuerda que, en todo caso, tú también eliges la compañía (no solo la companía a ti), así que más que acumular información como si fueras para un examen del colegio, de lo que se trata es de asimilar esa información buscando en ella referencias sobre cómo puedes aportar en ese proyecto. A este proceso nos gusta entenderlo como una escucha amplia.

Hacer la entrevista 

Sonríe. Una entrevista es un diálogo. Si bien hay preguntas y respuestas, las preguntas se usan como detonantes para propiciar la conversación. Esto, por supuesto, es una definición desde lo ideal, pero conviene recordarlo para no extraviarse en el momento mismo de la entrevista. 

¿Hay entrevistadores horribles que no se asumen como dialogantes sino como jueces, auditores o examinadores? Sí, por supuesto, en el mundo hay de todo. Pero, incluso en ese caso, maneja una expresión corporal y una lógica discursiva que remarque la conversación. Haz que tus respuestas tengan la forma y el contenido de las respuestas tranquilas que se dan en una conversación, lejos de que la otra parte esté procurando ser hostil.

Vale decir que en la Improvisación Para la Vida manejamos un principio ideal para este momento: Percibir. En la situación del percibir estamos siempre tratando de examinar cada fuente de información que nos sea útil para el momento que estamos viviendo. 

En este caso, busca percibir todo lo que puedas sobre las personas que te entrevistan, el espacio, sus tonos de voz, la decoración del lugar donde se encuentran. Trata de imaginarte en esa oficina dentro de unas semanas: ¿te gusta?, ¿se alinea con tus sueños? 

Recuerda, ante todo, que si bien parece que ellos están seleccionándote, tú también los estás seleccionando. Es posible que allí pases horas, semanas, meses, años de tu vida, y la entrevista también te debe servir para percibir el ambiente e indagar si eso es lo que quieres. 

Ahora bien, si la entrevista tiene (sus) preguntas que desatan (tus) respuestas, significa que la expresión oral y corporal son clave en la evaluación que hará la compañía de tu perfil. Sí: muy buena parte de la impresión que dejas en quienes te escuchan es qué dices y también cómo lo dices. Nosotros lo llamamos saltar al vacío.

En resumen: presta atención a tu propia expresión, escúchate, y ve con calma.

Evaluar la entrevista

No, no hablamos de la evaluación que allá en la empresa harán sobre tu perfil. Ya ellos se encargarán. Hablamos de un ejercicio que para nosotros es clave y que, sin duda, es una de las mejores recomendaciones que podemos darte: haz tu propia evaluación. 

Haz un ejercicio en el que, independiente del resultado, te permitas un balance de cómo te sentiste, cuáles preguntas y respuestas te gustaron, cuáles momentos de la entrevista fueron más cómodos para ti, cuáles menos. 

Sabes que la decisión final no depende ahora de ti, ya hiciste tu labor: estar en el lugar y hora adecuados y responder a las preguntas que te hicieron (y respirar, esperamos que hayas respirado a plenitud). Pero para ti es importante dejarse una evaluación. Habrá muchas más entrevistas en tu vida (incluso en el caso de que fueras aceptado para este cargo y que en esta empresa trabajaras el resto de la vida). Habrá más entrevistas, de todo tipo, y en todos los roles. Así que está bien darse unos minutos para mirarte, percibir cómo estás, acopiar una lista de cosas de las que debes tener cuidado en una próxima entrevista. 

Como este feedback es para ti, no hay que ser recios, ni duros, ni complacientes. Basta con hacer un ejercicio claro y honesto de revisión de ese momento que fue la entrevista. Por lo demás, mientras llega la respuesta, practica las ideas de nuestro Decálogo [+1] de la improvisación para la vida, el cual servirá con/sin entrevistas, con/sin citas por las noches, con/sin pelis pendientes por ver: te servirá para la vida.