La plataforma en la improvisación

Cada que se te ocurra pensar que improvisar es salir con lo primero que se te viene a la mente, te invitamos a leer este post donde te decimos que sí. Con matices, claro. O sea, tal vez no lo primero, pero sí es verdad que improvisar invita a reconocer que en lo primero ya hay unas estructuras, unos formatos: unas bases. Y las llamamos: plataforma.

En la Improvisación para la vida la plataforma es una ayuda crucial. Y es un recurso sumamente fundamental que, de seguro, ya has usado infinidad de veces, sin saberlo. Por eso te vamos a explicar qué es eso de la plataforma en la improvisación, para que reconozcas todo lo útil que es y cuán fácil se aplica.

La plataforma en acción 

Hoy en la mañana debías enviar la carta para solicitar formalmente la revisión de la alianza estratégica con esa otra empresa. Le dedicaste 15 minutos a su redacción, cuidando con detalle la información, las condiciones, verificando que hubieras escrito bien cada paso del procedimiento. Pero eso fue ayer, que tenías teletrabajo, y estabas en el computador personal. Hoy llegaste a la oficina y, ¡oh sorpresa!, el computador no sincronizó el archivo. Ya no hay forma de volver a casa, ni allí hay alguien que pueda entrar a tu sesión de trabajo para enviarte el archivo. No hay remedio: tienes tres minutos para volver a escribir la carta. 

Nuestras investigaciones muestran que, ante la nueva e inminente situación, pasamos más tiempo negando (y renegando) la nueva situación. Nos tardamos un rato largo maldiciendo por las conexiones a internet, por la debilidad de los servicios en la nube y por la forma en que las cosas de la vida fallan justo cuando no deben fallar. Nos tensionamos por el error, lo cual es normal, pero mientras lo lamentamos perdemos tiempo valioso. 

Pero hay no hay remedio. Hay que rehacer la carta. Debes empezar desde cero. 

¡Stop!

¿Desde cero? ¿Absolutamente desde cero?
Nosotros te proponemos que no. Nunca empiezas desde cero.
Dirás… cómo que no, si lo que justo acabo de hacer es ingresar al procesador de texto y picar en “Archivo nuevo”. 

Diremos: ajá, pero no estás totalmente en blanco al momento de empezar a escribir en el archivo nuevo. De hecho, sabes escribir. Y tienes todos los insumos necesarios para reescribir la carta. No quedará igual, porque tal vez quede mejor

¿Cómo vuelves a escribir la carta? Mira todas las cosas que ya están cargadas en tu mente, todos los saberes previos de los que dispones para hacer tu tarea: sabes escribir, tienes clara la información que la carta debe incluir, y sabes, por ejemplo, que en todas las cartas hay siempre una misma estructura: encabezado (ciudad y fecha), un destinatario (todos sus datos están en tu teléfono o en algún e-mail reciente), un “cordial” saludo, un desarrollo del asunto, un llamado a la acción, y una despedida, con los datos del destinatario (incluso puede que ya tengas la plantilla con ese cierre, porque lo usas en todas las cartas formales). 

Resulta que todos esos saberes previos están ya organizados: la despedida no suele ir antes que el saludo, agregar la tabla de precios no va antes de abrir el archivo. Es decir: todo lo que ya sabes, además de saberlo, viene pre-organizado. 

Es como si llegaras a mercar y hubieras dejado la lista de la compra. Habrá cosas que te abstengas de adquirir, porque tienes las dudas de si tienes suficiente en casa o no, pero con seguridad habrá muchas otras que tienes claro que debes incluir en la canastilla. 

Ahí vemos la plataforma funcionando: son estructuras, moldes, modelos, listados, pasos a seguir… de los que echas mano cuando, aparentemente, te quedas en blanco

Ejemplos famosos de estructuras de la vida cotidiana: las agendas, los protocolos sociales (cómo saludar, cómo sentarse a la mesa, cómo gestionar una reunión de negocios, cómo desarrollar una visita de ventas, el derrotero de una reunión en el colegio de los hijos…). Estructuras, secuencias de acciones, pasos, guías, referencias… 

Nos las sabemos de memoria porque las usamos todo el tiempo. Por eso, cuando fallan, nos es fácil suplirlas, porque las tenemos incorporadas. 

Ahora bien, no lograste terminar la carta en los tres minutos que tenías antes del deadline, pero tampoco te tuviste que devolver hasta casa. Ni la enviaste al otro día. Tardaste un poco, pero lograste enviarla sin tener acceso a la anterior. Y lo lograste porque había ya varias plataformas. 

En síntesis, la plataforma es la mejor forma de prepararse para no estar preparados. Entran en el momento justo en que adviene la crisis, te echan un cable, te lanzan un salvavidas. 

Cómo reconocer y aprovechar las plataformas en la improvisación para la vida

Todo lo que se refiere a resolver cosas “sin previa preparación” requieren una actitud que podríamos llamar “actitud impro”. Es la actitud que empiezas a incorporar una vez te lanzas a reconocer el valor de la Improvisación Para la Vida. Se acoge a unos principios que nos encanta recordar: Percibir (toda la información que te sea posible), Aceptar (la nueva situación, que a menudo no escogiste, pero que te acogió a ti), Proponer (lanzarte con nuevas ideas). Spoiler: todo esto funciona mucho mejor cuando estás en un equipo, porque, ya sabes, “dos cabezas piensan mejor que una”. 

Claro, dos cabezas que están dispuestas a escucharse y a aceptar que no hay error. Que la incertidumbre desborda un poco, pero que ya tienes los conocimientos previos para hacer frente a la situación. 

Para reconocer plataformas basta con imaginarse que vas a indicarle a otra persona cómo hacer algo: “Hoy te voy a explicar cómo recibir un feedback negativo de un cliente, desde la recepción de la llamada hasta ponerlo en conocimiento del encargado para generar una solución”. O imaginarte que debes documentar un proceso: “Manual para administrar la base de datos del CMR”. 

Luego de reconocerlas es interesante mejorarlas, aprovecharlas y mejorarlas. ¿Tienes sistematizado tu proceso de dar tus datos de contacto a clientes? Digamos un block de notas donde tienes apuntados todos los datos que te suelen pedir con mayor frecuencia: teléfono, correo electrónico, dirección web, dirección de correspondencia personal, perfil en redes sociales… Si no, cada que te pidan un dato lo tendrás que escribir de nuevo. Incluso: puedes generar una ficha de contacto en tu teléfono que ya tenga por defecto toda la información que te suelen pedir. 

Qué tal una plantilla de correo para responder las preguntas que te hacen con mayor frecuencia. Ya sabemos de sobra: hay preguntas que se repiten una y otra vez, y perdemos tiempo y concentración en las labores que requieren más atención nuestra cada que volvemos a escribir desde el comienzo “Apreciada Bonifacia, los envíos internacionales se despachan los martes, así que, como hoy es miércoles, le recuerdo que…”.

Si quieres ver más de plataformas en la improvisación, tenemos cosillas para mostrarte. Por ejemplo, en este podcast seguimos siempre una misma plataforma: llamamos al azar a profesionales de la improvisación escénica que no sabían que queríamos jugar; seguíamos su reacción e íbamos juntos desarrollando un Improverso

Otro ejemplo: en este libro proponemos algunas plataformas simples de la Improvisación Para la Vida. 

Otro más: aquí jugamos un poco con esa bella plataforma que es el horóscopo, para mostrarte qué tipo de persona eres cuando se trata de improvisar.

Otro más (este es el bonus track): si hablamos de plataforma, esta es nuestra plataforma, con ofertas formativas de lujo para que incorpores la improvisación como una posibilidad seria, rentable y que produce felicidad por montones.